Por: Alejandra Nuño Ruiz Velasco *
En estos días Jalisco nuevamente se ha estremecido por la desaparición de cinco jóvenes que el viernes pasado habían salido a divertirse a la feria en Lagos de Moreno. Dos semanas antes, se supo la noticia de tres hermanas (Marisela, Rosa Olivia y Adriana Saucedo Zermeño) y su amiga, Beatriz Hernández Martínez que fueron desaparecidas en el municipio vecino de Encarnación de Díaz.
La desaparición de Uriel, Dante, Diego, Roberto y Jaime nuevamente vuelve a sorprendernos y vuelve a preocupar la falta de acción inmediata de las autoridades, así como la persistencia de esta indignante práctica que muestra una ausencia total de humanidad.
Hoy, mis pensamientos y solidaridad están con las familias y amistades de esos jóvenes, de las hermanas Saucedo y de Beatriz Hernández. Están con todas las personas que, en estos momentos, se enfrentan a la desaparición de un ser querido.
Como sabemos, la desaparición de personas en nuestro estado sigue siendo una pesadilla que parece no tener fin. En más de una ocasión hemos hablado de las estadísticas que, aunque parezcan frías, dan cuenta de la magnitud del problema a que nos enfrentamos.
Pero es evidente que cada uno de esos números que es registrado en las bases de datos, tiene un nombre. Hoy me gustaría invitar a quienes nos hacen el favor de su atención a repasar tan solo los nombres que están detrás de las cédulas de búsqueda publicadas tan solo esta semana (es decir, del lunes al día de ayer por la noche).
Dicho eso, inicio con lo que las familias llaman “el pase de lista” mencionando los nombres en el orden en el que han sido publicadas sus cédulas:
Yoniy Rodríguez Limones, de 36 años, visto por última vez en Zacoalco.
Sergio Antonio Barajas Ramírez, de 42 años, visto en Guadalajara.
Luis Alfonso Cárdenas Flores, de 36 años, visto en Guadalajara.
Marisela, Adriana y Rosa Olivia Saucedo Zermeño, de 28, 22 y 25 años (respectivamente), vistas en Encarnación de Díaz.
J. Jesús Valle Rodríguez, de 60 años, visto en Ahualulco del Mercado.
Jesús Aguirre Gutiérrez, de 34 años, visto en Guadalajara.
Christian Ulises Avelar Caldera, de 32 años, visto en Acatlán de Juárez.
Valentín Jiménez Gónzalez, de 81 años, visto en Zapopan.
José Luis Torres Espinoza, de 37 años, visto en Guadalajara.
Bernardo de Jesús Casillas López, de 25 años, visto en San Pedro Tlaquepaque.
Jorge Adrián Solano Cabriales, de 29 años, visto en El Salto.
Patricia Cabrera Chtica, de 34 años, vista en San Pedro Tlaquepaque.
José Zazueta Cárdenas, de 50 años, visto en Tlajomulco.
Benjamín Alexander Javier Cruz, de 6 meses de edad, y Natalia Guadalupe Cruz Pérez, de 25 años, vistos en Zapopan.
María Florentina Navarro Lepe, de 69 años, vista en Zapopan.
Uriel Galván González, de 19 años; Dante Cedillo Hernández, de 22 años; Diego Alberto Lara Santoyo, de 20 años, Roberto Carlos Olmeda Cuellar, de 20 años (día previo) y (días previos) vistos en Lagos de Moreno.
José Armando Jordan Gutiérrez Lozano, de 16 años, visto en Guadalajara.
Miguel Iván Pinto Mora, visto en Guadalajara.
Miguel Ángel Cárdenas Figueroa, 28 años, visto en San Pedro Tlaquepaque.
Salvador Oviedo Ramos, de 26 años, visto en San Pedro Tlaquepaque.
Constantino Lucas de Luna, de 47 años, visto en Guadalajara.
Francisco Valdovinos Núñez, de 33 años, visto en Tlajomulco de Zúñiga.
En lo que va del mes de agosto, las decenas de cédulas de búsqueda publicadas por la Comisión en la materia muestran que las personas desaparecidas fueron vistas por última vez en 17 municipios jaliscienses, es decir, en 13.6% del total de municipios de nuestro estado.
Por orden alfabético, estos 17 municipios son los siguientes:
Acatlán de Juárez
Ahualulco del Mercado
Atotonilco El Alto
Cabo Corrientes
El Salto
Encarnación de Díaz
Guadalajara
Juchitlán
Lagos de Moreno
Mazamitla
Ocotlán
San Pedro Tlaquepaque
Tlajomulco
Tonalá
Villa Purificación
Zacoalco de Torres
Zapopan
En agosto, la Comisión también ha informado de la localización de 15 personas con vida, dos sin vida y de dos familias de personas extraviadas que tienen síndrome de Down.
Con esta información, sobran las palabras y falta imaginación para entender las razones que han generado tantos perpetradores que parecen no parar. Pero, aun en estos momentos de desolación, pienso en tantas personas que quieren que este país cambie para bien y sé que la unión de esas voluntades puede más que los oscuros momentos por los que pasamos. Esta situación puede y debe cambiar, y todas y todos debemos ser parte de esa solución.
* Directora del Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia “Francisco Suárez, SJ” del ITESO.