Primer Domingo de Cuaresma
Por: Pbro. Lic. César Alejandro Ruvalcaba Ruvalcaba
Del santo Evangelio, según san Lucas 4, 1-13
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio.
No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Sí eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”.
Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: “A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”. Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”.
Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tiene órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con piedra”. Pero Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.
Concluidas las tentaciones, el diablo se retiró de él, hasta que llegara la hora.
Palabra del Señor.
Reflexión:
Hoy, en este primer domingo de Cuaresma, la Iglesia nos invita a reflexionar sobre las tentaciones de Jesús en el desierto y es en este lugar “el desierto”, es donde quiero que pongamos nuestra mirada para esta reflexión dominical.
Según la cultura bíblica, se nos presenta que el desierto es un lugar deshabitado y estéril, envuelto en soledad y muerte, pero también tiene una concepción de purificación y arrepentimiento. Es por eso que el pueblo de Israel al ser liberado de la esclavitud en el desierto de Egipto, es éste mismo pueblo que fue purificado durante 40 años en el desierto antes de llegar a la tierra prometida, donde se formaría el nuevo pueblo de Dios. Este mismo suceso lo vive el Señor en este evangelio, es Jesús el que vive 40 días en el desierto y donde ha sido tentado por el diablo.
Estas cuestiones bíblicas, nos invitan a vivir esta Cuaresma, estos 40 días de preparación, de adentrarnos al desierto de nuestra vida para poder purificarnos y celebrar dignamente los misterios pascuales de la Pasión, muerte y Resurrección de nuestro Señor. Vive plenamente este desierto cuaresmal, ve dejando esas actitudes, problemas, vicios, pecados que vas cargando por años, deja que la cuaresma purifique tu voluntad y tu corazón. El Señor nos pone el ejemplo el día de hoy, Él se abandonó bajo el impulso del Espíritu, ahora tú abandónate bajo el impulso del Señor.
La Iglesia nos pone herramientas que nos servirán para adentrarnos a nuestro desierto y purificar el alma, como son los ejercicios espirituales, tanto para los niños, adolescentes, jóvenes y adultos; el sacramento de la Confesión; Oraciones propias de este tiempo al contemplar al crucificado y muchas herramientas más.
Que esta cuaresma no sea una más, sino que sea la mejor de tú vida.
#TodoEsGracia.
