“Enseñé a muchos artesanos en mi taller… y todos me salieron buenos”.
En punto de las 17:20 horas, sobre el antiguo taller y que hoy forma parte del recinto cultural “Jorge Wilmot” en la calle Constitución del Centro de Tonalá, se llevó a cabo el homenaje a don Salvador Vázquez Carmona.
Poco más de medio centenar de asistentes entre los que se encontraban artistas plásticos, artesanos, familiares, directivos del recinto, gestores culturales, autoridades políticas y ciudadanos en general en un espacio aderezado con obras pictóricas de don Chava, dio inicio lo que se dio a llamar una charla-homenaje.
Mediante una breve reseña de la hoja de vida del homenajeado, nacido un 10 de octubre de 1931 en la cercana población de Juanacatlán y traído desde muy pequeño a la querencia tonalteca, don Salvador serio, adusto sentado al centro de un panel itinerante, donde uno a uno fueron pasando autoridades, académicos, artistas y un emotivo nieto del artista tonalteca que a su corta edad, ha dado muestras de seguir los pasos de su abuelo.
La vetusta pared de adobe que servía de pantalla atrás del panel, proyectaba incesantemente cada una de las imágenes del perenne trabajo en una muestra que daba testimonio de la calidad de don Salvador.
Casa Wilmot Artes y Oficios a través de su directora Patricia Díaz Romo, ha venido haciendo desde hace tiempo, notables esfuerzos para lograr el legítimo reconocimiento acerca del principal legado del pueblo de Tonalá: su milenaria cerámica y los actores principales que a lo largo de los años han sobresalido en ella como don Salvador.
Y es que la historia de vida de nuestro patrimonio vivo como fue calificado por el director de cultura del municipio, tiene como muchos artesanos de su época, un rico bagaje de aprendizaje desde sus primeros trazos hasta lograr la notoriedad y la experiencia necesaria para ser considerado como un gran artista. Necesariamente debemos establecer una simbiosis cultural entre la llegada de otro grande de la cerámica tonalteca en la persona de don Jorge Wilmot en 1956 y el ingreso a este importante proyecto de don Salvador y que a través de sus anécdotas, nos recordó con gratitud sobre la benevolencia y el deseo de ayudar y sacar adelante el oficio artesanal sumido en muchos aspectos por las malas decisiones y los nulos apoyos que requerían los artesanos y don Jorge supo ser generoso para tenderles la mano como coloquialmente se dice.
Nuestros jóvenes tienen hasta el día de hoy las puertas abiertas en la casa de don Salvador, fue una de las frases que se escucharon. De cierto es, que nuestro artesano no hace sino poner en práctica la generosidad que don Jorge Wilmot inculcó en ellos.
La prueba fehaciente serían las emotivas palabras de uno de sus más grandes discípulos en la persona de Juan Antonio Mateos Nuño, ganador hasta en tres ocasiones el extinto ‘Galardón Presidencial’ mencionando con sinceridad y humildad un ‘gracias don Chava’ por la oportunidad y sus conocimientos.
Otro momento emotivo sería la participación de su nieto, quien con el cariño que se le tiene al “papá grande” le declaró su más grande admiración además de prometer seguir sus brillantes pasos, por lo que debemos decir misión cumplida pues junto a su nieto, sus hijos han seguido su oficio además del apoyo incondicional al maestro ‘de la colonia El Zapote’.
Finalmente llegamos hasta los últimos momentos y no por ello menos brillantes y emotivos, era la tarde de don Chava. Una de las preguntas que la anfitriona haría a don Chava sería ¿Cuál considera que sería el reconocimiento más importante que ha recibido? Sin vacilar y muy a su estilo dicharachero, recio y vacilante, respondería: “el que me dieron allá donde hay un cristo enorme con los brazos abiertos”. El público respondería al unísono: “el cristo del corcovado, Brasil, Río de Janeiro”.
Por último, volverá a sus estantes una segunda segunda edición del libro: “Grande Maestros del Arte Popular Mexicano” de la Fundación Banamex, donde don Salvador, don Chava, guardará un sitial de honor para toda la eternidad junto a otros grandes tonaltecas, de pura cepa, afirmaría categóricamente el presidente Sergio Chávez.
Enhorabuena para nuestro homenajeado, por supuesto que siempre ha sido y será el mejor regalo para una gran trayectoria artística, en vida, frase con alto sentido que fue repetida una y otra vez, ¡en vida!
Hasta la próxima.
Colaboración especial para Tonalá de Hoy. Manuel Eduardo Prieto Nuño.